El ritmo al que avanza el espacio de trabajo actual es vertiginoso y los líderes no pueden seguirle el ritmo.
Cinco medidas para mantener el rumbo hacia una organización más saludable y de alto rendimiento.
En los últimos años he mantenido innumerables conversaciones con directores generales, directores de recursos humanos y supervisores, y todos coinciden en una cosa: «Hay algo que no funciona bien en nuestra organización, pero no sabemos qué es». Suelen describir una cultura que parece perfecta desde fuera, pero que está vacía por dentro. Es muy habitual oír hablar de equipos que hacen su trabajo, pero que no se sienten conectados. Los líderes quieren apoyar a sus equipos, pero no cuentan con un sistema creado pensando en su bienestar.
La productividad aumenta hasta un 20 % y la retención del talento hasta un 10 % en las empresas que integran el bienestar.
El reciente informe Micro Trends 2025 del Global Wellness Institute (GWI) confirma la sensación de que el sistema de trabajo tradicional se está derrumbando. Esto es importante porque la sociedad está empezando a darse cuenta de que el bienestar es una prioridad real y no solo una ventaja de trabajar para una empresa. El informe afirma que la productividad aumenta hasta un 20 % y la retención de talento hasta un 10 % en las empresas que integran el bienestar en el liderazgo y la gobernanza (GWI, 2025, p. 117). No se trata solo de una tendencia, es una realidad.
Las organizaciones deben transformarse de entornos insostenibles, ineficaces y agotadores en ecosistemas saludables basados en la ética y la confianza, y centrados en las partes interesadas. Esto se corresponde con las conclusiones del GWI, que afirma que los lugares de trabajo actuales deben basar el liderazgo, la gestión y la toma de decisiones en el bienestar. Cuando el bienestar influye en todas las decisiones, todo cambia: las cargas de trabajo se vuelven manejables, la comunicación se simplifica, la eficiencia aumenta y la empresa obtiene mejores resultados.
Es necesario desarrollar la «inteligencia del bienestar» para la era de la IA.
Una tendencia preocupante es el auge de la «inteligencia del bienestar». A medida que la IA transforma el trabajo, los líderes son responsables no solo del rendimiento, sino también del bienestar psicológico de sus empleados en entornos digitales. Las investigaciones del Upwork Research Institute y Accenture demuestran que las empresas que equilibran los avances tecnológicos con un liderazgo centrado en el bienestar superan a las que solo se centran en la tecnología. Además, la innovación y el progreso humano son fundamentales para garantizar que la IA reduzca las cargas de trabajo en lugar de aumentarlas (GWI, 2025, p. 118). Es importante ayudar a los líderes a navegar por la ambigüedad y fomentar entornos en los que la IA ayude a las personas en lugar de sustituirlas.
Países como Australia han puesto en marcha iniciativas reconocidas, como la publicación de directrices para abordar los factores de riesgo psicológico, con el fin de crear políticas que apoyen mejor la salud mental y prevengan el agotamiento (GWI, 2025, p. 119). Reconocemos que la soledad y la desconexión son retos críticos que las empresas deben abordar. No hace falta decir que el trabajo híbrido ha hecho que las personas y los equipos se sientan más invisibles y aislados que nunca. En el Reino Unido y los Países Bajos han aumentado las iniciativas de salud mental en las empresas, como las plataformas sociales para empleados. Por tanto, es importante restablecer el sentido de pertenencia y diseñar este proceso, no improvisarlo. Es fundamental comprender que las organizaciones y las personas necesitan establecer pautas que faciliten la comunicación y hagan que los miembros se sientan personalmente conectados. La falta de conexión auténtica y de sensación de seguridad en el trabajo siempre conduce a dimisiones.
De la sobrecarga a la alineación: convertir el bienestar en un catalizador, no en una carga.
Cuando reconocemos estos nuevos conocimientos de la investigación e intentamos integrarlos en la práctica diaria, queda claro que las organizaciones necesitan algo más que la formación cognitiva tradicional o los talleres de liderazgo estándar. Los equipos necesitan facilitadores especializados que puedan reconectar a las personas a nivel humano a través de las emociones, el movimiento y la experiencia, en lugar de limitarse a añadir más contenido a una agenda ya sobrecargada. Si el bienestar se convierte en un módulo de formación más o en un elemento más de la lista de tareas pendientes, se corre el riesgo de crear aún más presión y de que los empleados sientan que la «obligación de estar bien» es una carga más. Al mismo tiempo, muchas organizaciones están al borde del agotamiento y no pueden permitirse detener sus operaciones para llevar a cabo un cambio cultural completo. Por lo tanto, el cambio debe producirse mientras la empresa sigue funcionando, mediante formatos experienciales y eficientes en términos de tiempo que puedan provocar una transformación profunda. Por este motivo, las metodologías que se elijan deben ser precisas, estratégicas y capaces de apoyar la transición en tiempo real.
Deben abordar los siguientes cinco puntos:
Incorporar el bienestar al liderazgo y la gobernanza.
Para que las organizaciones prosperen, el bienestar debe situarse en el centro del liderazgo, no solo en el ámbito de los recursos humanos. Cuando los líderes comprenden la inteligencia emocional, la dinámica del estrés y la toma de decisiones inclusiva, las organizaciones pueden pasar de un enfoque reactivo a uno proactivo. Incorporar el bienestar en la gobernanza garantiza que todas las decisiones importantes tengan en cuenta el impacto humano, además del financiero.
Hay que diagnosticar la «brecha cultural invisible».
Muchos lugares de trabajo parecen saludables desde fuera, pero los empleados se sienten desconectados. Para cerrar esta brecha, las empresas deben mantener conversaciones reales en lugar de hacer suposiciones. Las auditorías culturales, los círculos de escucha y los canales de retroalimentación confidenciales permiten revelar lo que las personas a menudo dudan en expresar en voz alta. Una vez que lo invisible se hace visible, los equipos pueden trabajar juntos para crear soluciones basadas en hechos, no en conjeturas. A veces, los valores de la organización son solo declaraciones vacías que no se ponen en práctica. Los equipos pueden regenerarse cultivando valores biocéntricos que tengan en cuenta la vida de la empresa, la organización, las personas, el planeta y el propio equipo.
Hay que rediseñar las cargas de trabajo y los procesos para que sean sostenibles.
Cuando el bienestar influye en las operaciones diarias, las personas no solo trabajan mejor, sino que también se sienten mejor. El rendimiento sostenible comienza con cargas de trabajo sostenibles. Revisar el diseño de los puestos de trabajo, redistribuir las tareas y eliminar las reuniones innecesarias son pasos esenciales para prevenir el exceso de trabajo crónico, no algo «que estaría bien tener». La simplificación es una estrategia. La claridad es productividad. Una carga de trabajo saludable implica ciclos equilibrados de trabajo de alta presión y concentración, seguidos de periodos de descanso. Mantener un ritmo saludable es también la base del éxito a largo plazo.
Cree un ecosistema organizativo saludable basado en la confianza.
Los principios de un lugar de trabajo próspero, como la ética, la transparencia, el respeto y la autonomía, son más importantes que las ventajas. Crear un ecosistema basado en la confianza significa crear entornos en los que las personas se sientan psicológicamente seguras, estén bien informadas y empoderadas. Las culturas basadas en el miedo activan la respuesta de lucha o huida, lo que aumenta la tensión y crea dinámicas competitivas que destruyen la confianza y fomentan relaciones poco saludables, lo cual repercute negativamente en la productividad y la creatividad. Esto dificulta hacer frente a entornos de alta presión, crisis y al mundo VUCA.
Reconstruye el sentido de pertenencia en un mundo híbrido.
La soledad y la invisibilidad son riesgos cada vez mayores en los entornos híbridos. Reconstruir el sentido de pertenencia requiere acciones intencionadas, más que gestos espontáneos. Las reuniones periódicas, los rituales de conexión, los sistemas de compañeros y la colaboración híbrida rediseñada ayudan a las personas a sentirse vistas, valoradas y conectadas. La pertenencia es el pegamento que mantiene unidas a las organizaciones y, sin ella, incluso los mejores talentos acabarán marchándose.
El futuro del trabajo es humano y relacional.
Estamos en un punto de inflexión cultural. Las organizaciones que prosperarán en 2025 y más allá no serán las que cuenten con las tecnologías más avanzadas, sino las que combinen la innovación con la humanidad. Cuando el bienestar se convierte en la base del liderazgo, la cultura y la toma de decisiones, todo cambia: las personas se sienten conectadas, los equipos rinden mejor y las organizaciones se transforman en ecosistemas en los que tanto las personas como los resultados pueden prosperar.
Gaudere se fundó en respuesta a este cambio como un ecosistema regenerativo. Ayudamos a organizaciones, equipos y personas mediante procesos de transformación para que puedan trabajar mejor. Diseñamos lugares de trabajo que fomentan las conexiones, la claridad y el rendimiento sostenible. Las organizaciones deben comprender que el bienestar es fundamental para el éxito laboral. Las herramientas que utilizamos se basan en pruebas científicas, conectan componentes cognitivos, emocionales y experienciales, y pueden adaptarse al contexto y a las necesidades específicas de cada organización. No hay soluciones únicas para todos, por eso tenemos en cuenta la dependencia del contexto y los posibles futuros para identificar soluciones que resulten fáciles de implementar con un mínimo esfuerzo y ofrezcan los máximos resultados. La eficiencia, la belleza, la creatividad y la vitalidad son patrones de los sistemas naturales. Estos ofrecen la regeneración necesaria.
Si desea explorar los productos y servicios que ofrecemos a las organizaciones, no dude en contactar con nosotros.
Strategia Viva para organizaciones: consultoría para la regeneración. Lumen para líderes: formación y coaching en liderazgo. Radix para equipos: organizaciones con valores biocéntricos. InPact y coaching de equipos.